¡Hola rosas! 🌹🌹🌹

Tejamos un nuevo hilo sincrónico para un camino armónico.

Recordemos que el ciclo pentagonal de Venus es un fenómeno astronómico en el que, cada 8 años, las conjunciones de Venus con la Tierra dibujan un pentagrama en el cielo. Este patrón se conoce como la “Rosa de Venus” y está ligado a su ciclo sinódico de 584 días.

Ciclo sinódico de Venus: dura 584 días, que es el tiempo entre dos conjunciones inferiores (cuando Venus pasa entre la Tierra y el Sol).

Pentagrama celeste: cada 5 ciclos sinódicos (≈ 8 años), las posiciones de Venus en el cielo forman un pentágono perfecto. Esto se debe a la relación matemática entre la órbita de Venus y la de la Tierra.

Duración del ciclo completo: 5 conjunciones → 8 años → figura pentagonal.

Simbolismo: desde la antigüedad, este patrón fue interpretado como la “estrella de Venus” o la “rosa de cinco pétalos”, asociada a la belleza, la armonía y la geometría sagrada.

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El actual ciclo pentagonal Tierra-Venus, comenzó en junio del 2020, y se completará en agosto del 2028, dibujando la figura completa de 5 pétalos.

El siguiente ciclo será del 2028 al 2036, comenzando el 1 de junio 2028 con el KIM 124 7seed. Esto significa que, una vez más, el ascenso helíaco e Sirio el 26 de julio de 2025, está señalando la entrada a un intervalo de 4-Tzolkin, 1040 días, un fractal de 104 años contenidos en una ronda de Venus.

El estudio de los ciclos de Venus, puede ayudarnos a sincronizar y sintonizarnos con la Proporción Dorada: El elegante principio matemático que rige toda la Vida, y sus procesos evolutivos en la Tierra, incluyendo nuestro propio ADN.

Esta inteligencia invisible, se revela como el Divino Plan Armónico detrás del tejido del Tiempo y el Espacio.

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Estas auspiciosas sincronizaciones, están sirviendo como poderoso preludio a la intersección de oro de tiempos, que fue del 14-15 de octubre del presente año, se completó un ratio de oro, una proporción matemática que aparece en la naturaleza, arte y arquitectura, fractal, ya que es un patrón geométrico repetido, guardando la proporción del número áureo. Es de 443 años desde el inicio del calendario gregoriano el 15 de octubre de 1582, alcanzando el marcador vigesimal profético 13.0.13.0.0 en la Cuenta Larga maya, como notación calendárica.

Marcó una convergencia sin precedentes de tres sistemas de tiempo: la Cuenta Larga maya, el Tzolk’in sagrado y el calendario gregoriano.

Esta alineación se interpreta como una “intersección áurea”, porque se fundamenta en principios de la proporción dorada (φ ≈ 1,618), símbolo de equilibrio y armonía.

La Cuenta Larga maya, es un calendario no repetitivo, basado en un sistema vigesimal, y la interpretación de 13.0.13.0.0, se basa en dicha cuenta, leyendo en batkunes, katunes, tunes, uinales y kines, los cuales se pueden convertir en días.

El número 13 es clave en su cosmovisión, aparece en el Tzolk’in (260 días = 13 × 20) y en los 13 cielos de su mitología.

El marcador 13.0.13.0.0 puede interpretarse como un hito profético, porque combina el cierre de un gran ciclo (13 baktunes) con la repetición del número 13 en otra posición (13 tunes), con carga simbólica, relacionado con mitos de creación, renovación y augurios.

La intersección dorada de las líneas de tiempo, es una reverberación de la vibración de la Convergencia Armónica de 1987. Esos días, son una forma de honrar y conectar con ese pulso original, como oportunidades para reunirse y cocrear la conexión que nos hace conectar a todos dentro del tejido del tiempo.

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Recibamos el pulso de la Gran Madre Cósmica, siendo conscientes, haciéndolo sagrado, siendo arte.

La próxima fecha clave de intersección dorada en este 2025, será el 21 de diciembre, con el solsticio, que se traduce como 13.0.12.10.12, mostrando que han pasado 12 katunes, 10 tunes y 12 días.

Ese día marca un punto de cierre y renovación solar.

En la Cuenta Larga maya corresponde al marcador 13.0.12.10.12, un eco dentro del mismo baktun iniciado en 2012.

El solsticio refuerza la idea de cruce de líneas de tiempo: máxima oscuridad que da paso al renacimiento de la luz.

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Para el próximo año serán las siguientes fechas:

Los equinoccios y solsticios de 2026 también serán considerados intersecciones doradas, especialmente el 20 de marzo de 2026 (equinoccio de primavera), porque repite el patrón de equilibrio que ya vimos en 2013 y 2025.

En la visión fractal, cada equinoccio/solsticio es un eco dorado del gran portal de 2012–2013, repitiéndose en distintas escalas.

Puedes apuntarlas en el calendario, o visitar cuando quieras http://www.larosadevenus.com

¿Qué os parecería abordar el tema del ADN mencionado?

Como adelanto, podemos usar la CARGA GENÉTICA como potencial, no como condena.

¿Os gustaría saber más sobre el condicionamiento y cómo puede ayudarnos?

Házmelo saber, estaré encantada de contactar contigo, puedes escribirme a través del formulario o directamente por email a larosadevenus3@gmail.com.

Hasta la próxima entrega mis queridas almas lindas.

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Pilar Sanguino

http://www.larosadevenus.com